sábado, 22 de mayo de 2010

Betxí - Azuebar. Siete calaveras

Ruta: Betxi + toritos + sta cristina + umbría + minas mercurio + xovar + paridera + marianet + cerro del señor + laguna dehesa + Azuebar + bellota + senda trincheras + senda Xovar + Xovar + umbría + gr36 + Eslida + senda Vilambuch + toritos + Betxi.
Distancia: 75 km
Desnivel acumulado: 2.300 mts
Tiempo de pedaleo: 5h 20min




Tombstone es un lugar difícil para vivir, donde la vida de un hombre no vale más que el ataúd para enterrarlo.

La semana pasada Ms Lies (Chus) llegó al saloon sembrando con sus calumnias la discordia entre los pacíficos habitantes de Tombstone y los ventajistas que hacían dinero fácil en las abarrotadas mesas de poker.


Hoy el duelo era al amanecer, en el cementerio, el juez Road (Estrada) está ausente, asuntos oficiales en la capital del estado le reclaman, el sheriff ha estado medicándose toda la semana, aún así hay que mantener la ley a toda costa.

Allí están los Dalton Bro's (Luis, Cesar y Miguel) que la semana anterior estuvieron asaltando varias caravanas de colonos en el Jinquer, también está el enterrador (Manuel) dispuesto a ganarse un dinero fácil, es la hora, de repente aparece el 7º de caballería con el mismísimo pelirrojo General Custer (Santí), esto parece aplacar los ánimos, salimos todos guardando nuestras espaldas por la ganadería hasta Santa Cristina, al fondo se oye la música de Ennio Morricone, subimos umbría dónde vemos las huellas de una diligencia, el general Custer aviva el ritmo para ver si todo está bien, el Sheriff le sigue, no quiere quedarse solo con los forajidos, mas atrás el enterrador va tomando medidas para los ataúdes.


Alcanzamos a media umbría a la diligencia, tan solo un ocupante Doc. Tiger, charlatán de tres al cuarto que va por los caminos vendiendo engüentos milagrosos que hacen que los caballos nunca pierdan las herraduras, y, conduciendo la diligencia, Pei, al llegar a su altura le hago levantar la mano derecha para nombrarle oficialmente mi ayudante, le pido que aumente el ritmo para poder llegar al desfiladero con suficiente antelación para preparar la primera emboscada.

El ritmo de Custer y Pei es demasiado vivo, ellos montan corceles ingleses llegados desde la colonias (Shangai), perfectos para la caza del zorro en la campiña inglesa, pero como se verá mas adelante, inútiles para el terreno rocoso de Espadán, el Sheriff, viendo que lleva suficiente distancia a los Dalton,  decide mantener su montura fresca, en el collado del ahorcado ha sacado poco menos de un minuto al primer Dalton, suficiente para dejar claro quien es la ley.

 Se reagrupan los jinetes para atravesar la zona minera, dónde no hace mucho tiempo se extraía mercurio con vagonetas, el caballo del enterrador, un Merida 96 prestado en la última posta, pierde una herradura, menos mal que vuelve a colocársela con prontitud.


Entramos ya en zona de desfiladeros, enviamos al enterrador primero que no se encuentra nada cómodo con su montura, le sigue el Dalton Miguel, que está a un pelo de descavalgar en una zona complicada, también se atasca en un par de pasos, siempre eligiendo el lado incorrecto, detrás, el Sherif ve que hoy puede dar un golpe de autoridad.

 La llegada al embalse de Ajuez es digna de una película de Buster Keaton, en mi vida había visto tal descontrol en quienes optan a ser forajidos de leyenda, el Sherif ha sacado su revolver y van cayendo uno tras otro,Miguel ha evitado la emboscada yendose por una escapatoria previa, primero cae el enterrador:

Luego Custer es víctima del fuego cruzado:
Ahora Luis Dalton:

Doc Tiguer cae también víctima de una bala suelta.

Y por último Cesar Dalton, con su sonrisa malvada:


Salimos de nuevo reagrupados a la zona preferida de los Dalton, la paridera hacia arriba, allí no tienen rival, primero Cesar y luego Miguel, se encaminan hasta la cima sin casi descavalgar, el resto hacemos lo que podemos, intentando sacar buenas enseñanzas de este singular terreno.


Ya todos juntos cruzamos el desfiladero del Marianet y nos dirigimos hasta la senda del cerro del señor, esta vez parece que Cesar Dalton la completa montado, se oyen los ‘hurras’ de sus secuaces.


Las monturas están frescas así que decidimos acercarnos a la laguna de la dehesa y bajar por el cortafuegos.
Aquí una serpiente de cascabel asusta a mi montura frenando en seco, gracias a que llevaba las riendas bien asidas, consigo mantenerme encima de ella, este ha sido mi único error del día.



Seguimos hacia Azuebar, dónde de nuevo el general Custer exprime su corcel de 9 kilos sin que los demás podamos hacer nada al respecto, pasamos por el rancho, ojo que la foto no es ningún montaje:


Pasamos por el desfiladero de la ‘peña agujerá’:


En Azuebar paramos a beber unos Espadanes y darle forraje a los caballos, aquí nos abandona Pei, le está esperando su amada en Cuatro Rosas Estación.

Salimos del saloon y Doc Tiger, Cesar Dalton y el Sheriff nos quedamos a llenar las cantimploras, hay que atravesar Bellota Valley y son unas cuantas millas sin agua.

Al rato enlazamos con el resto de jinetes, parece ser que Doc. Tiger tiene algún problema con la herradura, Cesar Dalton se queda con él, y le proporciona aire a cambio de no se sabe muy bien qué.

El Sheriff alcanza al grupo de jinetes, su montura está fresca, así que decide mantener el ritmo, tan solo Custer parece tener fuerzas para seguirle, a pesar de haber abierto un buen hueco, en los tramos de subida pronunciada, Custer hace valer los 4 kilos menos de montura y el litro y medio menos de agua que acarrea, aunque el sheriff sabe perfectamente que a partir de las abejas ya no hay posibilidad de dar caza a un fugado a no ser que esté herido de gravedad y este no era el caso.

Llegado a la encrucijada de la fuente bellota, el sherif decide parar a tomar tiempos, sabe que es una subida desconocida para Custer y no quiere perderlo en el primer cruce, parece que Custer se había detenido unos instantes para que Luis Dalton le indicara si iba por buen camino.

Los tiempos fueron aproximadamente de unos 3 minutos a Custer y Luis Dalton y 8 minutos largos a Cesar y Miguel Dalton, el enterrador ya no sabía si seguir o enterrarse a él mismo, a Doc Tiger ya no le vimos, queda la duda si Cesar Dalton paro a socorrerle o a…..


Salimos de nuevo a buscar el collado dels morts (nombre real), al intentar arrancar veo que mi montura tiene problemas, primero creía que era el cierre, al final me doy cuenta que es el casette que vuelve a estar suelto, monto de nuevo y aprovecho para dejar al resto que vayan delante, la vieja táctica de dar wisky al enemigo siempre funcionan, necesito que lleguen cansados al tramo final.



Bajamos trincheras, donde el corcel de Custer vuelve a desmontarle, está claro que solo sirve para la campiña inglesa.


El enterrador no para ni para decir hola, así que Miguel se mete a toda velocidad en la senda que baja a Xovar a perseguirle, seguido por mi, primero pasamos al enterrador, luego adelantamos a una pareja de colonos pertrechados con rodilleras como si estuvieran parados, el hueco con el resto empieza a ser grande, grande.


Volvemos a llenar cantimploras en Xovar y subimos hacia la umbría, aquí el sheriff vuelve a apretar, dispara la última bala de su colt, basicamente para que se confien y así lleguen cansados al tramo final, cede 8 segundos con Custer, Miguel y Cesar, solo él sabe que en la bota lleva oculta su Derringuer Cobra todavía con dos balas.


Bajada por el gr 36, hemos mandado a Luis Dalton por delante para ver llega a la vez que todos, Miguel aprovecha para soltar su montura mientras el Sheriff y el enterrador discuten acerca de cual es la mejor trazada en un par de sitios, al rato llegan Custer Y Cesar Dalton.

Ya solo quedan 2 tachuelas, me imagino que las piernas deben empezar a resentirse, aprovecho y bajo la promesa de que van a haber cadáveres para enterrar pongo al enterrador a tirar un poquito, algo pasa, Luis Dalton ha perdido el rastro y han parado para conducirle a casa.

Bajamos pues el ritmo, una lástima pues quería intentarlo en el último repecho y me toca esperar a que nos reagrupemos, dejo bajar por delate a Custer, el enterrador y Miguel Dalton hasta que llegamos cerca de la ganadería, dónde aprovecho para provocar la estampida.

Lanzo mi caballo a mas de 50km/h y veo como poco el resto de jinetes es engullido por la manada de búfalos descontrolados, tan solo Miguel Dalton parece seguirme a cierta distancia, hasta que llegamos al asfalto, dónde ya no hay piedad, hoy en Bellota valley hay 7 calaveras.











1 comentario:

Isabel Mas dijo...

Hola Carlos, solo comentarte que me gustaría que visitaras www.cuspidis.com , una red social para montañeros y aficionados a deportes en montaña que publiqué en febrero.

Gracias! Isabel